El papa Francisco falleció este 21 de abril tras 12 años de un papado que transformó la iglesia por su visión reformista y de modernización. El sumo pontífice, que abrió las puertas a varias discusiones complejas dentro de la iglesia católica y defendió siempre la importancia de la reconciliación, padeció de un ictus, un accidente cerebrovascular de alta incidencia y prevalencia, según informó la Santa Sede.
A causa del ictus, el pontífice sufrió un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible, según informó el Vaticano en su parte de defunción. La muerte le sobrevino este lunes en su residencia de Santa Marta del Vaticano, donde se recuperaba de una infección respiratoria aguda por una neumonía bilateral polimicrobiana por la que estuvo ingresado 38 días en el Hospital Gemelli de Roma.
¿Qué es un ictus cerebral?
Un ictus cerebral, según explica el médico neurocirujano de la Fundación Santa Fe y profesor de la Universidad de La Sabana, Kemel Ghotme, es el momento agudo en el que ocurre el ataque cerebrovascular. Sin embargo, de acuerdo con el espectro, no es algo que ocurre al azar, sino que se presenta tras una serie de condiciones que se van sumando para llevar a que haya una obstrucción o una hemorragia en los vasos del cerebro.
“Cuando el ictus se produce por una obstrucción hablamos de una trombosis cerebral o de un ataque cerebrovascular isquémico. Mientras que cuando, por el contrario, lo que hay es una ruptura de los vasos y hay un derrame cerebral o una hemorragia, ahí hablamos de un ataque cerebrovascular hemorrágico”, destaca Ghotme.
Hay varios factores que no se pueden prevenir cuando se presenta un ictus, pero otros sí, con hábitos de vida saludable. Uno de ellos es la edad, pues el riesgo de padecer un ictus crece de forma importante a partir de los 60 años. Por otro lado está el género, pues el ictus se produce más entre los hombres que entre las mujeres, aunque la mortalidad es mayor en ellas. También el haber sufrido un ictus con anterioridad, padecer de hipertensión arterial y de enfermedades cardíacas, como angina de pecho o infarto de miocardio puede aumentar el riesgo.
“Varios factores de riesgo como la hipertensión arterial; la aterosclerosis; la alteración de los lípidos en la sangre conocido como dislipidemia; y algunos medicamentos, como por ejemplo los anticoagulantes que se utilizan para tratar distintas condiciones; podrían causar un ataque cerebrovascular. La condición del papa Francisco se había deteriorado progresivamente por múltiples de estas comorbilidades, incluyendo su función respiratoria y su función cardiovascular”, destaca el neurocirujano Ghotme.
Adicionalmente, agrega el experto, según lo señalado por la Santa Sede en el informe oficial, también hubo una falla cardiaca posterior al ictus, donde se presentó un deterioro de la función cardiaca, en la cual la capacidad de bombear sangre desde el corazón hacia todos los tejidos se fue deteriorando hasta parar finalmente.
¿Se puede prevenir un ictus?
Llevar una vida saludable es la mejor manera de prevenir un ictus cerebral. En ese sentido, según los expertos, la recomendación es no fumar, ni beber alcohol; controlar el colesterol y por tanto los niveles elevados de grasas en sangre; hacer ejercicio de forma regular huyendo de la vida sedentaria; evitar la obesidad y sobrepeso; y evitar el estrés y ansiedad.